Perfil biológico

Las miniguías de Skeleton-ID se han creado para una referencia rápida de los métodos mientras se trabaja en la sección «Análisis de datos» del módulo Perfil biológico. Son una herramienta para facilitar y acelerar el flujo de trabajo dentro del software.

Estos métodos fueron desarrollados por diferentes autores, y las publicaciones originales están referenciadas en todo el documento. Se recomienda su consulta en caso de duda.

Método morfométrico basado en la cadera para la estimación del sexo

El método de Murail [1], formalmente conocido como Diagnóstico Probabilístico del Sexo (DSP por sus siglas en francés), ofrece un enfoque revolucionario para la determinación del sexo utilizando mediciones de los huesos de la cadera. Esta herramienta se basa en una amplia base de datos que abarca más de 2.040 especímenes adultos de diversas poblaciones de todo el mundo. A diferencia de los métodos tradicionales, que suelen basarse en evaluaciones visuales, el DSP utiliza un conjunto de diez variables morfométricas para calcular la probabilidad de que un espécimen sea macho o hembra. Este enfoque cuantitativo minimiza la subjetividad y permite determinar el sexo con precisión incluso cuando el hueso de la cadera está parcialmente conservado.

En primer lugar, los autores querían validar la hipótesis de que las distintas poblaciones de humanos modernos comparten un patrón común de dimorfismo sexual en los huesos de la cadera.

Para ello, estudiaron muestras de referencia de cuatro zonas geográficas: Europa, África, Norteamérica y Asia, incluyendo de uno a tres subgrupos de cada una. Desarrollado por Pascal Murail y colaboradores, el DSP reconoce la variabilidad inherente a la morfología de los huesos pélvicos entre distintas poblaciones, por lo que es de aplicación universal. Este método es especialmente valioso en antropología forense y arqueología, donde una estimación precisa del sexo puede influir significativamente en los resultados de un proceso de identificación o en la interpretación de aspectos socioculturales de poblaciones pasadas.

Tabla 1: Descripción de las variables [1].

Tabla 2: Estadísticos descriptivos (por sexo) para las variables os coxae en la muestra de referencia de la metapoblación. N = tamaño de la muestra; sd= desviación estándar; F - femenino, M - masculino. La última columna da el p-valor de un t-test para la comparación de medias entre sexos.

El método está disponible en el módulo Perfil Biológico de Skeleton-ID, lo que facilita su aplicación tanto en la investigación académica como en aplicaciones forenses prácticas. El usuario sólo tiene que introducir las medidas solicitadas por el método y el software proporcionará la estimación del sexo, garantizando resultados precisos y reduciendo el error humano. Nota: ahora existe un DSP2 [2] del equipo oficial.

REFERENCIAS

[1] Murail, P., Brůžek, J., Houët, F., & Cunha, E. (2005). DSP: a tool for probabilistic sex diagnosis using worldwide variability in hip-bone measurements. Bulletins et mémoires de la Société d’Anthropologie de Paris. BMSAP, 17(17 (3-4), 167-176.

[2] Brůžek, J., Santos, F., Dutailly, B., Murail, P., & Cunha, E. (2017). Validation and reliability of the sex estimation of the human os coxae using freely available DSP2 software for bioarchaeology and forensic anthropology. American journal of physical anthropology, 164(2), 440–449. https://doi.org/10.1002/ajpa.23282

Método morfoscópico de la sínfisis púbica para la estimación de la edad

El método Suchey-Brooks [1] es un avance significativo en la determinación de la edad esquelética, que se centra en la sínfisis púbica para estimar la edad en el momento de la muerte. Desarrollado por la Dra. Judy Suchey y el Dr. Douglas Brooks, este método clasifica el hueso púbico en seis fases basadas en los cambios morfológicos observados a lo largo de la vida. Surgió de un amplio estudio en el que participaron más de 1.200 especímenes con edades documentadas, en Los Ángeles (EE.UU.). De ellos, 739 eran individuos masculinos y 273 femeninos, con edades comprendidas entre los 14 y los 99 años, procedentes de una muestra representativa de la población de referencia, lo que proporciona un marco sólido para la estimación precisa de la edad.

Este método destaca especialmente por sus descripciones detalladas de las fases, que incluyen cambios en la rampa ventral, la cara sinfisaria y la meseta dorsal. Cada fase corresponde a un rango de edad específico, perfeccionado mediante una amplia investigación empírica. El sistema Suchey-Brooks es alabado por su precisión y fiabilidad, y ha sido ampliamente adoptado tanto en el ámbito forense como en el arqueológico. A continuación se describen las distintas fases:

  • Fase 1: La cara sinfisaria presenta una superficie ondulada (crestas y surcos) que se extiende hasta el tubérculo púbico. Las crestas horizontales están bien marcadas y puede estar comenzando el biselado ventral. Aunque pueden aparecer nódulos osificantes en la extremidad superior, una clave para el reconocimiento de esta fase es la falta de delimitación de cualquiera de las extremidades (superior o inferior).

  • Fase 2: La cara sinfisaria todavía puede mostrar desarrollo de cresta. La cara comienza a delimitar las extremidades inferiores y/o superiores, con o sin nódulos óseos. La cresta ventral puede estar en fases iniciales como extensión de la actividad ósea en una o ambas extremidades.

  • Fase 3: La cara sinfisaria muestra la extremidad inferior y la rampa ventral en proceso de finalización. Puede haber una continuación de la fusión de los nódulos óseos que forman la extremidad superior y a lo largo del borde ventral. La cara sinfisaria es lisa o puede continuar mostrando crestas distintivas. La meseta dorsal está completa. Ausencia de labio en el margen sinfisario dorsal; no hay excrecencias ligamentosas óseas.

  • Fase 4: La cara sinfisaria es generalmente de grano fino, aunque pueden quedar restos del antiguo sistema de crestas y surcos. Normalmente, el contorno oval está completo en esta fase, pero puede producirse un hiato en el borde ventral superior. El tubérculo púbico está completamente separado de la cara sinfisaria por la definición de la extremidad superior. La cara sinfisaria puede tener un borde distinto. Ventralmente, pueden producirse excrecencias ligamentosas óseas en la porción inferior del hueso púbico adyacente a la cara sinfisaria. Si se produce algún labio, será leve y estará situado en el borde dorsal.

  • Fase 5: La cara sinfisaria está completamente bordeada con una ligera depresión de la propia cara en relación con el borde. En el borde dorsal suele haber un labio moderado, con excrecencias ligamentosas más prominentes en el borde ventral. La erosión del borde es escasa o nula. Puede producirse ruptura en el borde ventral superior.

  • Fase 6: La cara sinfisaria puede mostrar una depresión continua a medida que el borde se erosiona. Las uniones ligamentosas ventrales están marcadas. En muchos individuos, el tubérculo púbico aparece como una protuberancia ósea separada. La cara puede estar picada o porosa, dando una apariencia de desfiguración con el proceso en curso de osificación errática. Pueden aparecer crenulaciones. La forma de la cara suele ser irregular en esta fase.

La descripción de cada una de las fases se aplica tanto a individuos masculinos como femeninos.

Tabla 3: Rangos de edad para cada fase [3]

La utilidad del método Suchey-Brooks va más allá del mero interés académico; desempeña un papel crucial en contextos jurídicos en los que la determinación de la edad puede influir en el resultado de las investigaciones. Su desarrollo también puso de manifiesto la necesidad de una documentación precisa en las colecciones de esqueletos, lo que impulsó mejoras en la forma de recopilar y analizar dichos datos.

Este método está disponible en el módulo Biological Profile de Skeleton-ID, donde el experto puede seleccionar el sexo y la fase del espécimen analizado y el programa informático le proporcionará una estimación de la edad.

REFERENCIAS

[3] Brooks, S. & Suchey, S. (1990). Skeletal age determination based on the os pubis: a comparison of the Acsádi-Nemeskéri and Suchey-Brooks methods, Hum. Evol., vol. 5, pp. 227–238.

Método morfométrico para la estimación de la estatura

Desarrollado por Maria Cristina Mendonça, este método proporciona un enfoque sistemático para estimar la estatura humana a partir de las longitudes de los huesos largos [5], un aspecto crítico de la antropología forense. El método de Mendonça se basa en su investigación doctoral, en la que analizó una amplia gama de huesos largos para crear fórmulas de regresión capaces de predecir la estatura de un individuo con un alto grado de precisión.

Para llevar a cabo el estudio, se seleccionaron 200 cadáveres del Instituto de Medicina Legal de Oporto (IMLO), 100 hombres y 100 mujeres, en su mayoría de la región norte de Portugal con edades comprendidas entre los 20 y los 59 años.

El método emplea modelos matemáticos que correlacionan medidas específicas de huesos largos (por ejemplo, fémur, húmero) con la estatura, teniendo en cuenta las variaciones debidas a la edad, el sexo y las diferencias poblacionales. Este enfoque se basa en numerosos datos empíricos, lo que aumenta su fiabilidad y precisión en comparación con técnicas anteriores.

Las fórmulas de regresión utilizadas son las siguientes:

Individuos femeninos:

  • [64,26 + 0,3065 * Longitud máxima del húmero] ± 7,70
  • [55,63 + 0,2428 * Longitud fisiológica del fémur] ± 5,92
  • [57,86 + 0,2359 * Longitud máxima del fémur] ± 5,96

Individuos masculinos:

  • [59,41 + 0,3269 * Longitud máxima del húmero] ± 8,44
  • [47,18 + 0,2663 * Longitud fisiológica del fémur] ± 6,90
  • [46,89 + 0,2657 * Longitud máxima del fémur] ± 6,96

El método de Mendonça tiene aplicaciones prácticas tanto en el ámbito forense como en el arqueológico, donde la determinación de la estatura de los individuos puede proporcionar información sobre los patrones demográficos, el estado de salud y las jerarquías sociales de las poblaciones históricas. Su desarrollo supone una importante contribución a este campo, al permitir reconstrucciones más detalladas y precisas de vidas pasadas. Está disponible en el módulo Perfil biológico de Skeleton-ID, donde el experto puede introducir las medidas de los huesos largos y obtener un rango de estatura para cualquier individuo.

REFERENCIAS

[4] Mendonça, M.C. (1998). Contribución para la identificación humana a partir del estudio de las estructuras óseas: Determinación de la talla a través de la longitud de los huesos largos, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Medicina, Madrid.

Método morfoscópico basado en la cuarta costilla para la estimación de la edad

El módulo Perfil Biológico de Skeleton-ID incorpora una sofisticada herramienta de estimación de la edad basada en el análisis morfoscópico de las costillas [5, 6], de gran valor en investigaciones forenses y antropológicas. El análisis se centra en los rasgos observables en el extremo esternal de la cuarta costilla, que experimentan distintas transformaciones con la edad. Iscan y Loth estudiaron la metamorfosis del extremo externo de la cuarta costilla en cuartas costillas de individuos de edad y sexo conocidos (dos muestras separadas de más de 100 individuos divididos por sexo). Examinaron la forma y la textura del extremo esternal y definieron una serie de fases distintas basadas en cambios morfológicos en la unión costocondral. Estas fases se matizan aún más en el caso de los hombres y las mujeres debido a los diferentes patrones de envejecimiento influidos por las variaciones biológicas.

Estas son las fases que definieron para los hombres:

  • Fase 0. La superficie articular es plana o suavemente ondulada con un borde regular y redondeado. El hueso es liso, firme y muy sólido (Lámina 1: Fig. 0a, b y c).
  • Fase 1. En la superficie articular aparece el inicio de la escisión amorfa, pueden conservarse algunas de las ondulaciones. El borde es redondeado y regular. En algunos casos, puede empezar a observarse festoneado en el borde. El hueso permanece firme, liso y sólido (Lámina 1: Fig. 1a, b y c).
  • Fase 2. La fosa es más profunda y angulosa, en forma de V formada por las paredes anterior y posterior. Las paredes son gruesas y lisas, ligeramente onduladas o festoneadas hacia el final, pero con bordes redondeados. El hueso es firme y sólido (Lámina 1: Fig. 2a, b y c).
  • Fase 3. La fosa que se profundiza pasa de ser estrecha a tener una forma de U más moderada. Las paredes siguen siendo bastante gruesas, con bordes redondeados. Puede conservarse cierto festoneado, pero el borde se vuelve más irregular. El hueso se mantiene bastante firme y sólido (Lámina 2: Fig. 3a, b y c).
  • Fase 4. La profundidad de la fosa aumenta, pero la forma sigue siendo una U estrecha-moderada. Las paredes son más finas, pero los extremos siguen siendo redondeados. El borde es más irregular, sin rastro del patrón festoneado. Hay una cierta disminución del peso y de la firmeza del hueso, pero a pesar de ello se mantiene la calidad general del hueso (Lámina 2: Fig. 4a, b y c).
  • Fase 5. Apenas aumenta la profundidad de la fosa, pero en esta fase la forma pasa a ser predominantemente en U abierta. Las paredes muestran un mayor adelgazamiento y los bordes comienzan a estrecharse. Aumenta la irregularidad hacia el borde. No queda nada del patrón festoneado, que ha sido sustituido por proyecciones óseas irregulares. El hueso permanece en relativo buen estado, pero aparecen signos de deterioro con evidencias de porosidad y pérdida de densidad (Lámina 2: Fig. 5a, b y c).
  • Fase 6. La fosa es notablemente profunda y tiene forma de U ancha. Las paredes son finas y los bordes afilados. El borde es irregular y presenta proyecciones óseas de tamaño considerable, a menudo más pronunciadas en los bordes inferior y superior. El hueso es notablemente más ligero, fino y poroso, especialmente en el interior de la fosa (Lámina 3: Fig. 6a, b y c).
  • Fase 7. La fosa parece profunda y ancha en forma de U. Las paredes son finas y frágiles y muestran bordes irregulares y afilados con proyecciones óseas. El hueso es ligero y quebradizo y su calidad está muy deteriorada, mostrando una porosidad evidente (Lámina 3: Fig. 7a, b, y c).
  • Fase 8. En la fase final, la fosa es muy profunda y ancha. En algunos casos, la base de la fosa está ausente o rellena de proyecciones óseas. Las paredes son extremadamente finas, frágiles y quebradizas, con bordes afilados y muy irregulares y proyecciones óseas. El hueso es muy ligero, muy fino, quebradizo, frágil y poroso. En las paredes pueden aparecer formaciones en ventana (Lámina 3: Fig. 8a, b y c).

Tabla 4: Estadística descriptiva de las fases (individuos masculinos)

Las fases definidas para los individuos femeninos son las siguientes:

  • Fase 0. La superficie articular es casi plana con crestas o ondulaciones. La superficie externa de la extremidad esternal de la costilla está bordeada por lo que parece ser una superposición de hueso. El borde es regular con bordes redondeados, y el hueso en sí es firme, liso y muy sólido.
  • Fase 1. Puede observarse una hendidura amorfa inicial en la superficie articular. Todavía pueden estar presentes crestas o ondulaciones. El borde es redondeado y regular con un poco de ondulación en algunos casos. El hueso permanece sólido, firme y liso.
  • Fase 2. La fosa es considerablemente más profunda y ha adoptado una forma de V entre las gruesas y lisas paredes anterior y posterior. En el interior de la fosa pueden quedar aún algunas crestas o ondulaciones. El borde es ondulado y empiezan a formarse algunos festones en el borde redondeado. El hueso en sí es firme y sólido.
  • Fase 3. La profundidad de la fosa aumenta muy poco o nada, pero la forma en V es más ancha, a veces aproximándose a una U estrecha a medida que las paredes se hacen un poco más finas. Los bordes, todavía redondeados, muestran ahora un patrón festoneado pronunciado y regular. En esta fase, las paredes anteriores o posteriores, o ambas, pueden empezar a mostrar un arco central semicircular de hueso. La costilla es firme y sólida.
  • Fase 4. Aumenta notablemente la profundidad de la fosa, que ahora tiene forma de V ancha o de U estrecha, a veces con bordes ensanchados. Las paredes son más finas, pero el borde sigue siendo redondeado. Sigue habiendo festones, junto con el arco central; sin embargo, los festones no están tan bien definidos y los bordes parecen algo desgastados. La calidad del hueso es bastante buena, pero la densidad y la firmeza han disminuido.
  • Fase 5. La profundidad de la fosa se mantiene más o menos igual, pero el adelgazamiento de las paredes se ensancha en forma de V o U más amplia. En la mayoría de los casos, un depósito liso, duro y en forma de placa recubre al menos parte de la fosa. No queda ningún patrón de festoneado regular y el borde empieza a afilarse. El borde es cada vez más irregular, pero el arco central sigue siendo el saliente más prominente. El hueso es notablemente más ligero en peso, densidad y firmeza. La textura es algo quebradiza.
  • Fase 6. Se observa de nuevo un aumento de la profundidad de la fosa, y su forma en V o en U se ha ensanchado de nuevo debido a un pronunciado ensanchamiento en el extremo. El depósito en forma de placa puede seguir apareciendo, pero es más rugoso y poroso. Las paredes son bastante finas, con bordes afilados y un reborde irregular. El arco central es menos evidente y, en muchos casos, sobresalen puntas afiladas del borde de la extremidad esternal. El hueso en sí es bastante fino y quebradizo, con algunos signos de deterioro.
  • Fase 7. En esta fase, la profundidad de la fosa en forma de U, predominantemente abocinada, no sólo no aumenta, sino que disminuye ligeramente. A menudo se observan crecimientos óseos irregulares que salen del interior de la fosa. El arco central sigue presente en la mayoría de los casos, pero ahora va acompañado de proyecciones puntiagudas, a menudo en los bordes superior e inferior, aunque pueden aparecer en cualquier parte del borde. Las paredes, muy finas, presentan bordes irregulares con aristas vivas. El hueso es muy ligero, fino, quebradizo y frágil, y el deterioro es más evidente en el interior de la fosa.
  • Fase 8. El suelo de la fosa en forma de U de esta última fase es relativamente poco profundo, está muy deteriorado o completamente erosionado. A veces está lleno de restos óseos. El arco central apenas es reconocible. Las paredes, extremadamente finas y frágiles, presentan bordes muy irregulares, con aristas muy afiladas y, a menudo, salientes óseos bastante largos en los bordes inferior y superior; a veces se forman «ventanas» en las paredes. El hueso en sí está en malas condiciones, extremadamente delgado, ligero.

Tabla 5: Estadística descriptiva de las fases (individuos femeninos)

Los expertos deben identificar en la fase de desarrollo de las costillas e introducirla junto con el sexo del individuo en el módulo de Perfil Biológico de Skeleton-ID. De manera automática, el software proporciona un rango de edad probable. Esta herramienta es especialmente útil para el examen detallado de restos óseos cuando la estimación precisa de la edad es crucial a efectos de identificación. Dado que se basa en rigurosas investigaciones científicas publicadas en revistas revisadas por expertos, garantiza la fiabilidad y la precisión en la estimación de la edad.

REFERENCIAS

[5] Iscan M.Y., Loth S.R., Wright R.K. (1984), Age estimation from the rib by phase analysis: white males, Journal of forensic sciences 29 (4) 1094–1104.

[6] Iscan M.Y., Loth S.R., Wright R.K (1985). Age estimation from the rib by phase analysis: white females. Journal of forensic sciences, 30(3), 853-863.

Método morfométrico dental para la estimación de la edad

Otra característica integral del módulo Perfil Biológico de Skeleton-ID es la herramienta de estimación de la edad basada en la transparencia radicular dental. Lamendin y colaboradores desarrollaron un método basado en la medición de la transparencia radicular y la periodontosis [7]. El estudio se llevó a cabo analizando 306 dientes unirradiculares (incisivos, premolares o caninos del maxilar o la mandíbula) de 208 individuos (135 varones y 73 mujeres) con edades comprendidas entre los 22 y los 90 años. No observaron diferencias significativas entre sexos y alcanzaron el error mínimo en el grupo de edad de 50-59 años, mientras que el error máximo del método se produjo en el grupo de edad de 30-39 años, por lo que no se recomienda su uso en individuos más jóvenes. Este método evalúa los cambios en la translucidez de las raíces dentales, que aumentan con la edad debido a la acumulación de dentina secundaria. A diferencia de otros métodos esqueléticos, este enfoque requiere una medición precisa del diente, proporcionando una base cuantitativa para la estimación de la edad que puede ser muy precisa.

Se toman las siguientes medidas:

  • Altura radicular (HR): Distancia entre el ápice y la unión cemento-esmalte (CEJ) en las superficies vestibular (labial) y lingual.
  • Altura periodontal (HPAR): Distancia entre la unión cemento-esmalte (CEJ) y el nivel de colocación del periodonto en las superficies vestibular y lingual.
  • Altura de la translucencia radicular (HTRAN): Distancia entre el ápice radicular y el punto de división entre la parte translúcida y la no translúcida. Estas mediciones también se realizan en las superficies vestibular y lingual.

Tras tomar las medidas, el experto las introducirá en el programa informático y se proporcionará una estimación de la edad. La base de esta técnica es un tamaño de muestra robusto y unas condiciones controladas, documentadas en investigaciones revisadas por expertos, que garantizan que las estimaciones se basan en datos fiables y verificables. Al combinar técnicas antropológicas tradicionales con modernas herramientas informáticas, Skeleton-ID ofrece un alto grado de precisión y facilidad de uso para los profesionales de la antropología forense y campos afines.

REFERENCIAS

[7] Lamendin, H., Baccino, E., Humbert, F. J., Tavernier, J. C., Nossintchouk, R. M., Zerilli, A. (1973). A simple technique for age estimation in adult corpses: the two criteria dental method’, J. Forensic Sci., vol. 37, no. 5, pp. 1373–1379.